Origen y sentido

El distintivo "Tengo Baja Visión" y su campaña de difusión nace a finales de 2013 para dar respuesta a la necesidad observada por varias organizaciones de discapacitados visuales del Estado de sensibilizar a la población sobre la existencia de personas que sin llegar a ser totalmente ciegas, tienen graves problemas de visión. A través de la implementación de esta herramienta se persigue encontrar un modo de hacerlas visibles en sociedad y conseguir mayor comprensión y ayuda de los demás ante sus dificultades, facilitando su interacción social.

La mayoría de las personas piensan en la vista como algo que se tiene o no se tiene, e imaginan que los problemas de visión pueden ser corregidos con gafas o cirugía. Es difícil entender que una persona en algunas situaciones se desenvuelva con normalidad pero en otras necesite ayuda o un bastón. Son especialmente incomprendidos los defectos de campo visual, la llamada “visión en túnel”, que lleva a una persona a necesitar ayuda para orientarse y caminar pero después puede leer el periódico o mirar su teléfono.

En muchas ocasiones, durante las actividades de la vida diaria las personas con discapacidad visual nos sentimos incomprendidas o malinterpretadas por los demás cuando, a sus ojos, nos movemos excesivamente despacio o nos comportamos de forma extraña. Esto les ocurre con mayor frecuencia a los discapacitados visuales que no muestran anormalidad aparente en sus ojos, que pueden fijar correctamente la mirada, y que no llevan gafas oscuras o ninguna otra señal que muestre a los demás que tienen problemas de visión.

Nos propusimos idear un sistema que nos hiciera visibles, que nos identificara como personas con baja visión, y descubrimos que esta idea funcionaba ya con éxito en algunos países europeos como Alemania y Austria en forma de chapa y brazalete, lo que nos animó a seguir adelante. Con frecuencia esta función se consigue con el bastón blanco, que además de servir para detectar y salvar obstáculos, sirve para indicar a quien nos ve que tenemos una discapacidad visual. Sin embargo, habitualmente el bastón se identifica con persona ciega, y la mayoría de las personas con visión normal desconocen la existencia de multitud de afecciones visuales que dificultan las actividades diarias sin implicar necesariamente ceguera total.

Con la introducción del distintivo “Tengo Baja Visión” pretendemos que la población general nos identifique y entienda que quizá no nos apartemos al caminar, que podemos necesitar ayuda en algunas tareas y que podemos tener comportamientos extraños por nuestra discapacidad (no saludar a un conocido, tropezar con facilidad, …) y que de otro modo podrían ser malinterpretados (es un maleducado, está borracho, …).

Creemos que es un sistema útil y complementario al bastón. De hecho, usuarios habituales de bastón pueden no necesitarlo en entornos conocidos o en condiciones buenas de iluminación, pero precisar seguir siendo identificados/as como discapacitados/as visuales, con la ventaja de tener libres ambas manos (por ejemplo, para hacer la compra en un supermercado).

Se trata de una iniciativa sin ánimo de lucro y ninguna de las personas o asociaciones vinculadas obtiene beneficio económico alguno con la venta de los distintivos. El precio de los mismos es el de coste de producción y envío, y cualquier fondo obtenido de donativos o subvenciones para esta campaña se destina íntegramente a la difusión y extensión del conocimiento y uso de esta herramienta.